miércoles, 6 de mayo de 2009

NY Yankees - Boston Red Sox

Entrando ya en el periodo final de exámenes, entre la necesidad de procrastinar y el inminente final de mi etapa de estudiante en NYC, me lanzo a probar nuevas experiencias, saborear la aventura americana a través de sus deportes de riesgo y sus violentas actividades cotidianas.

Vamos, que me voy a ver un partido de baseball. El último contacto que tuve con este deporte fue en el colegio, con unos 12 años, cuando jugábamos con una pelota de tenis en un campo de futbito y bateando con la mano. Ni que decir tiene que no teníamos ni idea de las complicadas reglas del asunto. Hace falta un máster para seguir el tema. Afortunadamente el menda ya casi lo tiene y pudo "leer" el partido.

Este es el único deporte que, debido gran número de partidos por temporada, la disciplina de batear por turnos y las muchas intervenciones de los jugadores en cada partido, que permite hacer estudios estadísticos y entretiene a gente del MIT y otras escuelas técnicas con modelos matemáticos para valorar jugadores y diseñar el equipo perfecto.
Total, que fui al recién estrenado New Yankee Stadium del Bronx con Isabela, Kyle y Chris a ver un New York Yankees - Boston Red Sox, que sería el equivalente de un Madrid - Barça. Ambos equipos juegan en la American League, una de las dos Major League Baseball (grandes ligas), y por lo tanto se enfrentan muchas veces por temporada. Los ganadores de cada una de las ligas disputan la gran final: las World Series - lo cual es un poco hiperbólico porque en ocasiones las series mundiales las disputan dos equipos de la misma ciudad, por ejemplo en 2000 los Mets y Yankees, prácticamente a ambos extremos de la misma linea de metro.
Los partidos empiezan siempre a las 14h05 ó a las 19h05 (increíbles los americanos para algunas cosas: flexibilidad nula, fiabilidad reducida y cabezonería infinita; pero yo los quiero igual). Son largos como ellos solos, con 9 entradas en las que ambos equipos batean. El de ayer duró cuatro horas, dos de ellas bajo la lluvia. Este deporte, como todos los que triunfan en Estados Unidos (i.e. football, hockey, NBA), está especialmente diseñado para ser un espectáculo muy largo (el público consume más cerveza y más perritos calientes en 4h que en las 2h de un partido de soccer), pero de manera que sea fácil darle la vuelta al marcador, para mantener siempre la emoción hasta el final y que la gente se quede todo el tiempo pendiente del final (más anuncios en la tele).

Isabela, Chris y Kyle son fans de los Red Sox de Boston, y claro, yo simpaticé con ellos. Este equipo es como el Barça: un segundón de lujo con mucho dinero y una maldición histórica. En 1918 alguien maldijo al equipo por vender a Babe Ruth (algo así como el mejor jugador de todos los tiempos) a los Yankees. Desde entonces, y hasta 2004 (y 2007), no volvieron a ganar una serie mundial; pero es que ni siquiera ganaron su campeonato hasta 1975. Kyle contaba que su abuelo nació en 1920 y vio todos los partidos de los Red Sox que pudo a lo largo de su vida. Murió en 2001 sin haber visto ganar a su equipo. Es pues un equipo maldito que se ha despertado recientemente - como el Barça con su Copa de Europa de 1992. Los Yankees sin embargo han ganado ya 26 series mundiales.
Una experiencia interesante, pero creo que es mejor disfrutarla en un día soleado, con calorcito y en un grupo grande para poder comer, beber y charlar mientras unos tíos corren por ahí abajo. 

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