lunes, 31 de agosto de 2009

Original Soundtrack (5): Back in the New York Groove

Tras mi primer retorno a la City y dentro de la sección Original Soundtrack, incluyo esta canción de Hello del año 1975, retomada por Ace Frehley, guitarrista del extravagante y rockero grupo neoyorquino Kiss, en un álbum en solitario de 1978, y más tarde añadida al repertorio de la banda.

Back in the New York Groove, traducida algo así como "De vuelta al ritmo de NYC", y que insiste en el tópico literario del Carpe Diem, pero en Nueva York, con un Cadillac, un buen puñado de dólares y ganas de fiesta.

Aquí en una versión en directo de la banda entera:



Gracias Mario, una banda sonora realmente apropiada para mi vuelta al ritmo de NYC.

viernes, 28 de agosto de 2009

Crónica de mi primer retorno a NYC

Contrariamente a lo que transmitía en mi entrada anterior, el retorno a la ciudad que nunca duerme no fue tan duro, si exceptuamos precisamente las pocas horas de sueño a las que tuve derecho durante mi semana en NYC.

Me encontré de vuelta en la familiaridad de taxis amarillos y ruidosos buses; del acento latino en las calles faltas de limpieza; de las luces de un blanco pálido pero estridente que exhiben con desgana los negocios abiertos a todas horas, y que contrasta con la explosión de color de sus fachadas; del intenso olor a una imposible mezcla de comidas que inunda la ciudad; y cómo no, de esa sensación de libertad y anonimato que uno siente paseando por una urbe generosa a la vez que insensible, energizante pero exigente; una ciudad que se reconoce mucho antes de conocerla, y que se recuerda pero no se añora. En resumen, que NYC sigue siendo NYC.

Precisamente por eso, lo primero que hice al llegar fue irme. Irme por mi ya antigua obsesión con conocer ese país que hay a la otra orilla del Hudson: los Estados Unidos. Una excursión de dos días en Pennsylvania, con destino al Amish Country y con parada en Philadelphia. Ésta, pese a su importancia histórica en la formación del país, es una ciudad del todo prescindible, y guardaré mejor recuerdo de la visita a sus suburbios en apoyo de la campaña presidencial de Obama.

Sin embargo, un poco más allá, se encuentra el Amish Country, un paisaje abarrotado de discretas colinas y enormes granjas, sembrado de maíz y frutales, cubierto de verde hierba y poblado de vacas. En este lugar se come espectacularmente bien y se ha convertido en un destino turístico al que los americanos acuden incluso de luna de miel, tras la caída en desgracia de las cataratas del Niágara y un poco de ayuda cinematográfica (recordáis Único Testigo, con Harrison Ford?). Es una especie de microcosmos habitado por granjeros, barbudos o con cofia, de vida sana y pía, ultra-conservadores, horrorizados por la tecnología y el progreso, que todavía aran los campos con caballos, se mueven en carro, no usan neveras ni televisión y están exentos de pagar seguridad social porque no aceptan tratamiento médico que use tecnología impropia del siglo XIX.
Además de los bonitos paisajes agrarios, de la estupenda comida, de los silos que crecen como champiñones en los costados de los graneros construidos de madera, de la sorprendente convivencia de coches y carros (o viceversa para los latinoamericanos) en las estrechas carreteras del condado de Lancaster y de la extravagante vestimenta de sus habitantes, esta región, poblada por emigrantes de Europa del Este en el siglo XVIII y atravesada por infinidad de riachuelos, está llena de esos entrañables y estrechos puentes cubiertos, construidos enteramente de madera hace ya mucho, y que nos presentó Clint Eastwood en Los Puentes de Madison. Aquí abajo tenéis una muestra:


De regreso a la incivilizada civilización de NYC mi programa incluye reencuentros y salidas con los compis de SIPA, encuentros en la tercera fase en Bryant Park (no, no es que haya visto extraterrestres en NYC, es que pusieron la película de Steven Spielberg en el festival de cine de verano que se organiza en el Parque), visita al museo de la inmigración de Ellis Island (altamente recomendable, y una excelente cura de humildad tanto para la Vieja Europa como para el Nuevo Mundo), indispensables brunchs, conciertos de jazz en sitios cutre-históricos de Harlem, vuelta a medio Manhattan en bici y fiestas en recién estrenadas azoteas. Por descontado hubo muchas cosas que se quedaron en la lista de buenas intenciones, y que podrán configurar el Segundo Retorno a NYC.


Pero lo más interesante del programa ha sido la satisfacción de poder ver a mis amigos en un momento en que están cambiando de vidas, intentando sobrevivir con ahorros a la espera del trabajo soñado o excitados por un nuevo trabajo, preocupados por la devolución de los préstamos de estudios y luchando por obtener el necesario visado.


Al fin y al cabo, los amigos son los amigos. De la misma manera que, al fin y a cabo, NYC es NYC… (pido disculpas por estas dos frases en modo Jesulín, pero no he podido evitarlo). En la foto de arriba a Bernie, Rachel, Olivia, Alison, Isa, Miguel y el menda.

Finalmente, y después de una rotura algo brusca y dramática con NYC, puedo decir que estoy en proceso de reconciliación con esta City. El único problema es que mi otra City – con la que estoy ahora – está notando que no le dedico toda la atención que debería, y eso puede dificultar nuestra relación… Ya se sabe que las ciudades pueden ser absorbentes, caprichosas, e incuso celosas.

sábado, 15 de agosto de 2009

Disquisiciones con mi BlackBerry: Vueltas y retornos

Sentado en el Heathrow express, con el tiempo mas que justo, como es habitual, para tomar el avion que me llevara a NYC por una semana en mi primera visita a la Gran Manzana desde que no soy residente, se me ocurren varias reflexiones sobre los retornos.

De alguna manera se que cuando llegue alli nada sera igual: la mayoria de los amigos de SIPA ya no estan en la ciudad, y los que quedan estan trabajando o buscando trabajo. Posiblemente hayan cambiado de casa y de barrio, el ritmo frenetico del ciclo examenes-viajecitos-papers-fiestas-mas examenes- mas fisestas, con el placer y la curiosidad por descubrir la ciudad y conocer gente nueva se habra calmado. El humor de los que se hayan quedado se habra resentido por la nueva situacion, por haber visto como casi todos los demas nos ibamos. La amenaza de los prestamos que muchos pidieron para poder estudiar tampoco ayudara. Yo dormire en un incomodo sofa o de invitado en una casa que ya no sera la mia. Una multitud de detalles externos y circunstancias y sentimientos propios que cambiaran la percepcion de la ciudad.

No es la primera vez que me pasa. Lo mismo me ocurrio al dejar Paris, y en menor medida al abandonar Madrid. La vuelta nunca es la misma. Como dice Vila-Matas en "Paris no se acaba nunca", cuando se ha vivido en Paris ya no se puede vivir en ningun sitio, ni siquiera en Paris. Asi es, la ciudad no es simplemente una cambiante acumulacion de personas en un entorno urbano concreto. Tambien es una serie de experiencias sensoriales y afectivas, matizadas obviamente por el momento vital que se atraviese. Por eso, tras experiencias tan intensas en lugares iconicos como Paris y NYC, son irrepetibles incluso en los mismos lugares - las condiciones iniciales y/o de entorno varias: es ley de vida.

Ya mas tranquilo y esperando para embarcar, recuerdo aquello que decia Alain Delon en la version de Visconti del Gatopardo de Lampedusa, y que mas o menos rezaba asi: "Todo tiene que cambiar para que todo siga igual". Lo que ahora no se es si se referia a que ya le toca ganar las elecciones al PP o si en mi caso se puede interpretar como una valoracion positiva de todos los cambios por los que estoy pasando entre NYC y Londres, y que mi nueva situacion me va a permitir seguir disfrutando como un enano descubriendo cosas nuevas. A voir.

Mas noticias desde NYC, ahora como enviado especial en lugar de corresponsal.

viernes, 14 de agosto de 2009

Road trip diaries, 5 (Closing act)

Para finalizar las cronicas (sin acentos) del road trip por el Oeste americano, aqui va un documento inedito rodado enteramente el ultimo dia del viaje en la ciudad de San Francisco.

Despues de tres semanas sin afeitarnos, e inspirados por el ambiente liberal y transgresor de la ciudad, a la par que influidos por una historia de protesta y revolucion sesentera que se refleja todavia en la aperiencia fisica de los californianos, decidimos dejarnos un bigote de lo mas gay, ponernos flores en el pelo y cantar una cancion hortera.

El resultado es divertido, pero soy consciente que despues de esto, no podre aspirar a ningun cargo publico ni ordenarme sacerdote...

jueves, 13 de agosto de 2009

Incomunicado

Siento el silencio radio, pero sigo sin acceso a internet:
- En casa los plastas de British Telecom no han dado de alta aun la linea, y despues habra que contratar la banda ancha, con lo cual aun un par de semanas.
- En el trabajo, casi todas las paginas not for business estan prohibidas.
- Quizas deba escribir mas desde la BlackBerry, crear una seccion como la de The Economist con Obama. Algo asi como disquisiciones con mi BlackBerry...

Ahora mismo acabo de salir de un curso de certificacion de la Financial Services Authority, y estou aprovechando el internet de uso publico que tienen en el vestibulo. Tristeza por lo ridiculo de la situacion y lo mas ridiculo todavia del sindrome de abstinencia que sufro.

Anyway, esperemos volver pronto a la civilizacion y seguir alimentando el blog.

Mientrastanto, la semana que viene viajo a NYC para saldar una deuda pendiente: despedirme de la ciudad como es debido.

Tambien aprovechare la ocasion para ver a mucha gente que aprecio. Con el turnover que hay en NYC sera complicado volver a ver a muchos de ellos al mismo tiempo en un solo sitio. Aunque sea la Gran Manzana.