miércoles, 22 de julio de 2009

London flat searching

La experiencia de buscar casa en Londres - flat searching - es muy distinta del Apartment Hunting de NYC.

Quizás sea el hecho de tener un pasaporte que es reconocido (Unión Europea) frente a uno que es desconocido ("Spain? That's next to Bolivia, isn't it?"); o más bien el hecho de tener una nómina que presentar, frente a un montón de liabilities con la Universidad de Columbia; o también el cambio de contexto en el sector inmobiliario en el último año y la crisis de demanda en general.

El caso es que en Londres uno puede permitirse el lujo de visitar pisos a través de agencias, que se encargan de la búsqueda del piso, la confirmación de referencias, la redacción del contrato y la gestión del alquiler. Es un mercado muy dinámico y con mucha competencia, lo cual hace que todo lo anterior le salga al inquilino por la módica suma de unas £200 (unos 250 €) - recordemos que en NYC los Real Estate agents se llevan alrededor del 15% del alquiler anual, algo más cercano a los 2.000 €... Esto me recuerda aquel concepto que nos enseñaron en 8° de EGB y que tardé muchos años en comprender: la plusvalía (qué tiempos aquellos en que uno salía de primaria y ya había oído a Marx).

Y esto facilita mucho la tarea. Se pueden organizar las visitas con mayor precisión, alguien te acompaña en la visita del piso, las páginas web suelen contener mucha más información, mejores fotos e incluso planos (por ejemplo) que lo que se encuentra a través del método habitual en NYC: Craig's List.

Así pues, con la inestimable ayuda de mi flamante flatmate Arnaud (compañero de EDF, que vivió en NYC el año anterior al mío, y se vino a Londres hace un año a darle el empujón final a Lehman Brothers para que Golman Sachs rompa récords) conseguimos visitar el día 30 de junio 11 apartamentos amueblados (lo usual por estos lares) debidamente preseleccionados. Probablemente mi récord. Al día siguiente empezaba yo a trabajar. Afortunadamente vimos dos que nos gustaban mucho en la zona de Angel. Intentamos negociar el precio a la baja, y quien cedió más se llevó el gato al agua: el piso de 16 Lloyd Square (me voy a permitir poner al día mis contactos en la columna de la derecha).

Después de tomar la decisión, vinieron las formalidades tales como un contrato con más de 53 cláusulas para los inquilinos (en plan, no fumarás, no tendrás animales de compañía - borrosa definición - no colgarás cuadros, ventilarás la casa, limpiarás para que no se acumule la mierda, el contrato no se romperá salvo defunción de uno de los inquilinos, etc...); comprobación de las referencias (llamaron a los de recursos humanos de mi empresa preguntando por estatus y mi sueldo); domiciliación del cobro del alquiler, pago por adelantado a la agencia, y a los que harán el inventario a la salida del piso en el futuro, etc...

Así que dos semanas exactas después de mi llegada a Londres, entré en mi nueva casita. Esta vez no ha sido nada tan traumático como la larga búsqueda en NYC con mi estancia en la International House y mi apartment hunting...

lunes, 20 de julio de 2009

Disquisiciones con mi Blackberry: del verdadero progreso desde mi cama

Hace 40 anyos que el hombre piso la luna, casi al mismo tiempo, al otro lado del Atlantico, un consorcio europeo lograba poner los vuelos supersonicos en explotacion comercial. Increibles hazanyas tecnologicas fruto de una epoca en que el esfuerzo colectivo y la competencia entre bloques geopoliticos rompia barreras insalvables.

Desde esa epoca, tras la revolucion conservadora de Reagan y Thatcher que facilito la caida del bloque socialista y que nos ha puesto en la situacion que vivimos, la humanidad no ha vuelto a dar pasos del mismo calibre. Los pasos que damos hoy en dia solo van en una direccion, la generacion de riqueza inmediata (por efimera y artificial que sea). Tan es asi, que incluso logros pasados como los mencionados son literalmente irrepetibles hoy en dia: se ha dilapidado esa maravillosa herencia en pro de negocios mas provechosos financieramente pero que no redundan necesariamente en el bien comun.

Esta situacion no puede durar mucho mas de los 25 que ya dura, de lo contrario pese a internet, las energias renovables y la tecnologia movil, este puede ser un siglo perdido para la humanidad. El primero en la Historia en que el hombre no supere ninguna barrera importante (donde esta la fusion nuclear, la conquista de marte, la vacuna contra el sida, la teletransportacion o el agua potable para toda la Humanidad?).

Alguien puede argumentar que Internet y la democratizacion del acceso a la informacion es la revolucion tecnologica de esta generacion. Por ejemplo yo estoy escribiendo esto en el minusculo teclado de mi Blackberry y ni siquiera tengo linea de telefono en casa. Pero bien pensado, que le aporta a la Humanidad que yo pueda poner en linea estas disquisiciones desde mi cama y sin ningun enlace fisico con un servidor? De que sirve que yo pueda hacer transferencias bancarias por internet, mal leer cualquiera de los cada vez menos leibles periodicos que se publican en el mundo, o tener 600 amigos en Facebook a los que no puedo tocar o gorronear una cerveza? No, el verdadero progreso sigue esperando a ser rentable en el presente ejercicio para ocurrir. Y que nosotros lo veamos.

domingo, 19 de julio de 2009

Mercado de alquiler en Londres

Una cosa curiosa es que en el Reino Unido se habla del alquiler de la vivienda por semanas. Y dicen por ejemplo £500/week, mientras que el sueldo se negocia y paga mensualmente. Obviamente aquí hay un inteligente truco de mercadotecnia relacionado con el habitual redondeo de un mes a 4 semanas cuando en realidad casi siempre es más, y tendemos así a subestimar el coste real del alquiler frente al salario.

Esto contrasta con los usos americanos, donde el alquiler es mensual (e.g. $1332/month) y el wage se cobra generalmente quincenal o incluso semanalmente. Quizás tenga que ver con que el mercado que es realmente dinámico en los US es más bien el laboral, no el inmobiliario...

Y así podemos arriesgarnos a inducir pedantemente que la velocidad con que se liquidan las posiciones en un mercado (settlements) es proporcional a su dinamismo o liquidez (liquidity).

lunes, 13 de julio de 2009

Primer Aniversario de Manel & The City

Así es, mirando el recuadro de la derecha me he dado cuenta de que hoy hace un año que empecé este blog, coincidiendo con el cumpleaños de Napo, by the way.

Han sido 90 entradas en 52 semanas, aproximadamente dos por semana. Casi todas sobre mi experiencia en NYC: un punto de vista absolutamente subjetivo y parcial. Pero que me han ayudado a disfrutar más la experiencia, intensa y no tan breve. Me ha forzado a sentarme para tratar de describir y poner en orden impresiones, sentimientos, reflexionar sobre chorradas de lo más variado e incluso practicar un poco mi redacción.

Se me han quedado algunos posts en mente y otros llegarán con retraso, pero hay que empezar a "pasar página" (por usar una de las expresiones favoritas de la triste clase política española, de verbo tan rápido como poco certero). Así que desde ahora dejamos poco a poco NYC para centrarnos en esta nueva City: Londres. Sin embargo y a pesar de que las comparaciones son odiosas, son también muy didácticas, enormemente esclarecedoras y permiten figuras retóricas interesantes; con lo cual me reservo el derecho de seguir escribiendo sobre aquella gran gran ciudad.

Las reglas seguirán siendo las mismas: intentar escribir un par de entradas por semana, nada muy trascendente, pero que me divierta a mi y a los que me leen, que me ahorre correos electrónicos a algunos amigos y que me permita seguir practicando esto de la escritura rápida sin compromiso adquirido. La técnica tampoco variará: puesto que no es sencillo dedicarle mucho tiempo a esto (sí, uno tiene cierta vida social y no hacer nada es también un derecho fundamental), nunca más de una hora por post, sin preparación previa, 20 minutos de redacción y algo más de edición - corrección, fotos, enlaces...

Me surgen dos preguntas: a ver quién se cansa antes, si vosotros o yo... y dónde pasaremos el segundo aniversario de Manel & The City.

domingo, 12 de julio de 2009

La canción del pirata: Brasileño en Londres

Moverse tanto y estar en contacto con tanta gente distinta es interesante también por ver las percepciones de los demás en función de su contexto cultural y social. Y aun más cuando se refieren a uno mismo.


Estos y más versos de La del pirata cojo (Joaquín Sabina, Física y Química, 1992, uno de sus mejores discos) - cantada en el link a dúo por Serrat y Sabina, mayores, cascados pero serenos - enumeran personajes y sitios. Yo podría escribir la mía así:

Libanés en París
Catalán en Madrid
Iraní en New Yoooooork.

En París me confundieron con un Libanés varias veces por el físico, el acento y el contexto. Recuerdo la primera vez: fue en el Bon Marché, grandes almacenes parisinos pijos e históricos, cuya traducción directa es "el barato", a los que, pardillo de mí, atraído por el nombre, fui a comprarme sábanas para pasar mi primera noche en París tras conseguir las llaves de mi buhardilla en el 43 del Boulevard Garibaldi. Parece ser que los libaneses que viven en París, son los educados en Francés en su país, generalmente gente pudiente, y clientes habituales del Bon Marché.

Presentarse como Manel en Madrid provoca dos reacciones mayoritarias: la primera es extrañeza por esa "u" que le falta al castizo Manuel y que generalmente se atribuye a un error o, mejor, una excentricidad en plan Mané. La otra posibilidad, para los más leídos y capaces de reconocer que se trata de un nombre propio en catalán, pero generalmente inconscientes del alcance que esa lengua en el territorio español, dan por sentado que soy Catalán.

En cambio, en NYC los peluqueros uzbekos que me solían cortar el pelo por $12 más tres de propina, se empeñaban en que soy Iraní. Porque hay muchos, porque siendo estudiante esperaba a tener mis rizos bastante largos antes de cortarme el pelo y me afeitaba de uvas a peras, y no sé por qué más.

Y claro, ciudad nueva, vida nueva. Aquí en Londres parece que voy a ser Brasileño. Es cierto que en Londres hay mucho brasileño (¿os acordáis de éste?), pero caramba, es que ayer sábado ya me lo dijeron tres veces: Una dependienta brasileña en el dry cleaning, un taxista nigeriano, e incluso unas turistas americanas en una pizzeria en King's Cross.

Así que supongo que el siguiente verso de mi canción del pirata es:

[...] Brasileño en Londres.

domingo, 5 de julio de 2009

Road Trip Diaries, 4 (General perspective)

Ya con las fotos revisadas y seleccionadas, aquí va el último capítulo de estos “Diarios de Camioneta” que en adelante e incorrectamente llamaré Road Trip. Y cómo no, vamos a terminar por el principio.

Este viaje, uno de los clásicos por Estados Unidos, es una idea con la que jugué mucho tiempo y que cristalizó de una manera particular. Finalmente, los componentes de la expedición, todos ellos compañeros del MIA (otro master de SIPA), fueron:
1) Alison Hare, colombiana de Tejas o estadounidense de Colombia;
2) Isabela Echeverry, colombiana-colombiana ya mencionada en este blog;
3) Rachel Sorey, compañera mía de aventuras y de piso Isabela;
4) Tore Langhelle, noruego feliz y acostumbrado a los viajes de acampada
5) Daniel Green: canadiense de Toronto (pronúnciese Touo’no) que habla castellano con acento argentino y cedió “su” isla para la concentración pre-road trip.
6) Miguel Posada, el colombiano impasible, contingente y necesario;
7) and last but not least, Manel Avellà, servidor de Dios y de usted, instigador del viaje, de media 3 ó 4 años mayor que los arriba citados, pero afortunadamente mucho más inmaduro.
El ambicioso plan original consistía en un doble loop, partiendo de Las Vegas hacia el Este, visitando en los estados de Utah y Arizona diversos parques nacionales (Zion, Bryce Canyon, Antelope Canyon, el indispensable Grand Canyon…), para luego recorrer la costa californiana desde Los Angeles hasta San Francisco y volver a Las Vegas por el interior parando en los parques el interior de California (el indispensable Yosemite, Sequoia, Death Valley…).

Restricciones de todo tipo – tiempo, coste, gente… – modificaron el plan original para hacerlo más asequible en todos los sentidos, pero básicamente para que no nos diera un infarto durante las vacaciones. Finalmente este fue nuestro viaje:

Ver mapa más grande

Se cayó Bryce Canyon y parte de las visitas en la reserva de los indios Navajo (Arizona), y se cayo también la vuelta desde San Francisco y Las Vegas, perdiendo así Death Valley y Sequoia National Park. Se mantuvo Yosemite y ganamos una visita de un día a Catalina Island (enfrente de Long Beach, Los Angeles) y un recorrido por los viñedos de Sonoma Valley, al norte de San Francisco (recordad el mítico Falcon Crest).

En total entre Alison, Dan y yo hemos conducido unas 2,600 millas (4.200 km) en un Chrysler Town & Country de 2008 que bautizamos Latoya y que a todas luces fue demasiado justo para 7 pasajeros y 15 días de viaje.
Cuando estábamos en National Parks o en National Forests, dormíamos en tienda de campaña – siempre en campgrounds (campings gestionados por el gobierno), estupendamente localizados y muy organizados. El resto del tiempo tomábamos una (al principio) o dos (al final, ya más hartitos) habitaciones de motel de carretera, y nos metíamos todos sin declararlo. En Los Ángeles nos quedamos dos noches en casa de Dave, el primo de Alison, y en San Francisco dormimos una noche en casa de Olivia, otra compañera de SIPA que no estaba en el viaje.
El régimen de comidas rompió con mi dieta habitual, ya que los energúmenos con los que viajaba se empeñaban en desayunar a lo bestia: huevos rancheros, pancakes, burritos y lo que se terciara pero con más pinta de comida que de desayuno. El reloj biológico de Tore marcó los tiempos en el viaje: su gran experiencia en este tipo de actividades se impuso y él sabe que más vale aumentar de peso que tener a gente con hambre y de mal humor.
El poco generoso maletero de Latoya terminó por aceptar todas nuestras mochilas, sacos de dormir, tiendas, esterillas, sombreros, comida; pero no sin antes unas palabras y algo de entrenamiento con Dan, Miguel y Alison.
Tore además de los tiempos, tocaba la guitarra y lideraba nuestras actividades al aire libre, incluyendo una sesión particular de escalada en Yosemite: Rock climbing for dummies.
Lo más mítico del viaje es sin duda el Grand Canyon, Yosemite, la highway 1 entre Cambria y Carmel, el tramo de la Route 66 entre Williams y Kingman, San Francisco, ahí van unas fotos:
Yosemite National Park:

Excursión en Grand Canyon:
Un pequeño cañón que nos encontramos por el camino:
Antelope Canyon, en la Navajo Nation:

Sin embargo, no para olvidar, pero lugares innecesarios o para no repetir: Las Vegas, Los Angeles y las feas horas de autopista entre L.A. y Yosemite.

Una sorpresa, los viñedos de Sonoma, gente muy profesional que ha aprendido mucho de vinos, que aprovechó las plagas de los años 80 para cultivar una uva más adecuada con más cariño y savoir faire y que producen un vino que contrariamente a mi desinformado y tendencioso parecer, es muy respetable y de gran calidad. Visitamos varias bodegas e hicimos varias catas, y en general las bodegas son nuevas y muy bien cuidadas: Baste con decir que sus aspecto es más higiénico que los hospitales de NYC:
Un viaje magnífico, pasando por cuatro estados distintos – Nevada, Utah, Arizona y California – grandes ciudades muy diferentes – San Francisco, Los Angeles o Las Vegas – e infinidad de pueblecitos de carretera, de montaña o en medio del desierto, y que me ha permitido constatar cuan grande y diverso es este país, la enormidad de sus recursos naturales

viernes, 3 de julio de 2009

Manel & The City, sí… pero ¿qué city?

Ahora mismo son las 22h22 del lunes 29 de junio de 2009 y estoy en un Airbus A319 destino a una nueva ciudad. Voy por tiempo indefinido, ya que mis prácticas para terminar mi master y la etapa subsiguiente las realizaré allí.

Son muchas cosas, todo va muy rápido y aun no he tenido tiempo de digerir lo que está cambiando en mi vida desde hace unos meses. Ni siquiera he tenido tiempo de sentarme a pensar. Todo sigue una agenda diseñada hace tiempo. Bueno, más que diseñada, sobrevenida, lo cual hace que me sienta más como un espectador que como un actor (el principal).

A la poca capacidad para retener talento de las empresas españolas se le une la dificultad para encontrar un buen sitio en mi antigua compañía, Gas Natural, debido a la enorme píldora que se ha de tragar en estos momentos: la integración de Unión Fenosa tras una muy esperada fusión que ha resultado ser también ciertamente inoportuna dado el contexto industrial y económico en que se produce. Todo ello, junto con lo interesante de mi nuevo puesto y quizás una cierta adicción a este tipo de experiencias, hace que me encuentre en un avión rumbo a la nueva City de Manel and The City, probablemente lo más parecido que hay a Nueva York a este lado del Atlántico: si amiguitos, para los que no lo sepáis aun, hablamos de Londres.

Esta noche aterrizo en London, dormiré en un hotel, mañana tengo un día lleno de visitas para encontrar casa, y pasado empiezo a trabajar. La buena noticia es que mi segundo día de trabajo lo pasaré de reunión en Madrid. Afortunadamente no tengo miedo a volar.

Mis sensaciones son positivas, como casi siempre al empezar una nueva etapa, y pese a ser tranquilo por naturaleza, no he podido evitar los nervios de última hora que me han conducido a perder mi DNI en Madrid el fin de semana, olvidarme una bufanda estupenda en el Alaris camino de Valencia ayer mismo, e incluso pedirle con un gran sonrisa al policía del control de pasaportes del aeropuerto de Valencia “¿Le importaría ponerme un tampón de salida? Es que es una ocasión especial ¿sabe?”. Pequeña confusión lingüística – en francés tampon no es lo mismo que en español –que ha pillado desprevenido al policía. Yo no le veo tanta gracia a este propósito más bien escatológico, pero el hombre se ha caído de la silla y aun está riéndose.

En cualquier caso, iré relatando esta aventura en el blog, que ya me he acostumbrado a sentarme un par de veces por semana a intentar escribir algo que sin decir gran cosa, cuente algo. Veremos si soy capaz de mantener este ritmo con mi nueva condición de currante con horario de oficina. Si lo hago, las nuevas historias londinenses se solaparán con antiguas batallitas de NYC que aun me rondan la cabeza.

Así que aunque ya no esté en NYC, no hace falta que quitéis esta página de vuestros favoritos, simplemente sabed que The City ahora significa indistintamente Londres o Nueva York.