domingo, 9 de enero de 2011

Original Soundtrack (12): Tom's Diner

En la esquina de Broadway con la 112th, en el corazón de los dominios de la Universidad de Columbia, hay un pequeño diner de esos que se encuentran a cientos en Nueva York y por toda la geografía estadounidense. Se llama Tom's Restaurant, y con su característico y chillón rótulo rojo es una leyenda en el Upper West Side, esencialmente gracias a la serie Seinfield (verdadero icono de la cultura neoyorquina que no conozcco lo suficiente). Esta es una instantánea que tomé a horas intempestivas alguna noche de nostálgica fotográfica hacia finales de curso de camino al A train en la 110th:


Hoy he descubierto por casualidad que bastante antes que Seinfield, Suzanne Vega había hecho famoso este lugar con su canción "Tom's Diner", en 1981. La cantante neoyorquina cuenta la sencilla historia de una chica sentada en el diner observando lo que pasa en el local y por la calle en un día lluvioso. Es un relato algo costumbrista pero íntimo y melancólico, narrado en primera persona. Si os fijáis en su letra, también se menciona la vecina catedral de St. John The Divine (al final de la calle, en Amsterdam con la 112th, muy cerca de mi casa y ya mencionada en este blog).

Aquí tenéis el video con la canción original a capella, interpretado por una jovencísima Vega, seguro que la conocéis:



También existen versiones con caja de ritmos e incluso una versión acompañada por un piano.

lunes, 3 de enero de 2011

Año nuevo, ganas nuevas

Pues sí, "Año Nuevo, Misma Vida". Porque sólo tenemos una, y hay que aprovecharla lo mejor que se pueda. Así que año nuevo, misma vida, pero con ganas renovadas.

Seamos objetivos: el cambio de año tiene poco de realidad física; es una convención casi universal, que no responde a gran cosa, como mucho al ciclo lógico de las estaciones debido a la traslación de la tierra alrededor del Sol. En esta era global donde gracias a la tecnología agraria, al transporte de bienes y personas o al cambio climático podemos tostarnos al sol en invierno, esquiar en verano, comer naranjas en julio o fresas en noviembre, sufrir 23 ºC en diciembre y nieve en abril, ciertamente las estaciones ya no significan mucho en nuestra vida diaria. Además, que el ciclo estacional anual empiece con el invierno es algo seguramente arbitrario.

Y sin embargo, por el cambio de año natural (calendar year como dicen en inglés), por el descanso navideño generalmente repleto de excesos de varios tipos o porque los días comienzan a alargarse, ganando unos pocos minutos de luz cada jornada... el cambio de año es generalmente un momento para la ilusión, para plantearse nuevos retos, nuevas metas, para volver a hacer la optimista lista de buenos propósitos que volveremos a incumplir, para retomar las cosas pendientes con ánimos renovados, un eterno nuevo comienzo.

Así pues el cambio de calendar year es importante en este aspecto: no en vano la Real Academia incluye esta acepción en la entrada "calendario":

Calendario.
(del lat. calendarium)

hacer ~s.
loc. verb. coloq. Estar pensativo, discurriendo a solas sin objeto derterminado.

loc. verb. coloq. Hacer cálculos o pronósticos aventurados.


Aunque aun no de forma definitiva, empiezo aquí a hacer calendarios, apuntando al vuelo y desordenadamente alguno de los buenos propósitos, planes, o retos que se me han ocurrido esta tarde en el viaje de vuelta a Londres tras el receso navideño y ahora mismo mientras escribo estas líneas:

1. Cocinar y comer más en casa.
2. Conocer y disfrutar más de Londres.
3. Apuntarme a clases de baile (e ir de vez en cuando).
4. Hacer más deporte (fijándome metas concretas como ir a currar en bici o correr la media maratón de Londres).
5. Leer más.
6. Escribir más (en este blog y en otros proyectos).
7. Empezar a pensar seriamente cómo ayudar a mejorar el mundo (i.e. qué quiero ser de mayor).
8. Usar más y pulir mi italiano.
9. Cuidar, ordenar y editar mis fotos.
10. Volver a NYC.
11. Cuidar más a los amigos (empezando por escribir más correos, llamar de vez en cuando y llevar al día la correspondencia).
12. Enamorarme o dejarme enamorar.
13. Poner una persiana o store en mi ventana para que la luz no me despierte.
14. Ir más a la ópera e ir algo al teatro.
15. Trabajar menos horas, pero más eficientemente.
16. Ver aun más a mi hermano.
17. Decidirme por un instrumento para hacer el tonto y empezar a hacerlo.
18. ¿...?

Está lista es bien entendu muy incompleta, poco exhaustiva y muy cándida, escrita al vuelo, improvisada.

Observo no obstante, entre divertido y alarmado, que esta lista es muy parecida (muchísimo) a la que ya escribí en este blog hace dos años. Esto denota por un lado cierta consistencia en mis objetivos vitales, lo cual es seguramente bueno; pero también muy falta de efectividad en alcanzarlas, lo cual no es bueno. O quizás sí... (creo que estoy leyendo demasiado a Kavafis).

Stay tuned, quizás este año se me dé mejor que 2009. Y quizás incluso dé cuenta de ellos aquí.

P.S. Pensándolo bien, la sensación que tengo es que 2009 se me dio de puta madre, aunque no pudiese tachar muchos ítems de aquella lista. Finalmente las listas y planes están para no seguirlos.

P.P.S. ¿No es maravilloso que la palabra ítem sea latina y venga en los diccionarios de castellano?