lunes, 2 de noviembre de 2009

Amsterdam: I will be back

Hasta la semana pasada, hacía más de 15 años que no había estado en Amsterdam. Tuve que ir por una conferencia/cursito sobre Cross-commodity trading, organizada por Energyforum.
Era uno de esos eventos en los que en realidad sólo valen realmente la pena un par de ponencias, y sobre todo sirve para ver y ser visto. Algo así como el baile de la Cruz Roja o las fiestas de Jesús Gil en el mundo de la farándula.

El caso es que pasé dos días en esta ciudad, uno de los más grandes puertos de Europa (junto con Rotterdam y Amberes forma el sistema ARA, puerta principal de entrada de materias primas en el continente y donde EDF Trading posee varias terminales de descarga de carbón).

Extraña rutina la de estos dos días de conferencia que sólo me ha permitido retener una imagen de la ciudad: hechizado por la vista desde mi habitación, observaba el cambio de luz, el ir y venir de las bagarras en esta parte del puerto. Desde las alturas del piso 19 del Mövenpick del centro, se puede observar el ajetreado tráfico del puerto al atardecer con BBC World dando el tiempo de fondo:
O escuchar por la mañana, antes de bajar al desayuno, los trenes entrar y salir de la Estación Amsterdam Centraal, auténtico dique de contención arquitectónico que separa la ciudad del puerto para mayor disfrute de los pequeños canales y mantenernos ignorantes del verdadero tráfico del puerto:
Un par de paseos, la animada noche en el cosmopolita y artificial Barrio Rojo, donde desaparece el rigor y formalidad del norte que impregna el resto de los ambientes. La sorprendente y divertida cantidad de bicis en la siempre lluviosa capital, los rutinariamente omnipresentes canales (auténticas vías de comunicación en esta Venecia del Norte), y un breve reencuentro con Leehe y Roy, excompis de SIPA y futuros anfitriones, fueron suficiente para decidir que voy a volver.

A sólo una hora y cuarto en avión. Otra ciudad que descubrir. El trabajo se acumula.

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