jueves, 13 de octubre de 2011

Muere Steve Jobs. La noticia más positiva

No, no es que piense que la muerte de este visionario sea positiva.

Pero lo cierto es que en estos días aciagos y tumultuosos de crisis financiera - contagiada ya al resto de la economía y pronto en crisis política global (indignados del mundo, ¡uníos!), todas las noticias son malas. Y algunas peores.

Nuestro políticos locales, con su habitual bajeza potenciada por unas elecciones cuyo resultado sabemos de antemano (incumbent's out, en cualquier país del mundo), y la pobreza intelectual que caracteriza a los medios de comunicación de masas en nuestro país, no hacen sino acentuar esta sensación de desasosiego, desesperanza, impotencia absoluta... sentimientos muy difíciles de gestionar porque se pueden convertir muy rápido en miedo, rabia y odio (algunos dicen que también es posible sublimarlos en actitudes positivas, creativas, emprendedoras).

Y va y se muere el tío este.

Cierto es que Apple y Pixar han tenido una influencia muy importante en nuestras vidas. Pero no exageremos, simplemente ha democratizado y banalizado internet a través del iPhone. Eso sí, ha sido el primero en hacerlo y lo ha hecho con estilo.

Ya de paso, ha hecho de su empresa la compañía con mayor cotización en bolsa del mundo (la cotización de hoy es de 0,4 billones de dólares, aproximadamente el PIB de Noruega, Austria o Surafrica). Unas oficinas con mucha materia gris y algunas patentes valen más, según el sacrosanto mercado, que la petrolera más grande del mundo, con sus yacimientos de oro negro, sus barquitos, refinerías y sus gasolineras por todo el planeta. Por fin vemos un indicio objetivo de aquello que se dio en llamar la sociedad del conocimiento frente a la sociedad industrial. Los Jobs y los Gates desbancan a los Rockefeller y a los Edison. Ellos son los nuevos reyes, pero el Dios sigue siendo el consumismo.

Es pues caso admirable, un emprendedor como la copa de un pino, un genio, un visionario, líder, inspiración, modelo a seguir. La suya es una historia bonita. Y por eso se ha contado con profusión en los últimos días en los periódicos.

Qué jodido que lo único que desprende vibraciones positivas estos días es la muerte Jobs.

Ahí va el famoso discurso que dio en la Universidad de Stanford para la graduación de la promoción 2005. Hacía años que no lo oía, y ahora está hasta en la sopa.