martes, 21 de septiembre de 2010

Un nuevo deporte: UpInTheAiring

Vuelta de vacaciones, primer viaje de curro en casi dos meses, Madrid. Escribiendo desde la cama del nada recomendable NH Habana…

Ya se me había olvidado la liturgia de maleta, maletín, billetes de avión, taxis y trenes. La rutina de perder tres noches en casa la misma semana, la limitación de no poder quedar con gente en Londres, de no poder ver una peli tranquilamente o de comer algo hecho en casa, aunque sea pasta al pesto, de no poder ir en bici a trabajar, de tener que guardar todos los recibos en la cartera a reventar, o de soportar retrasos en Barajas…

También se me había olvidado la excitación de preparar la maleta por la mañana deprisa y corriendo, en el último minuto; de cuadrar reuniones con apenas tiempo para ir de un sitio a otro, de reservar los billetes y buscar hotel, de salir de la oficina temprano para ir al aeropuerto, de quedar por la noche con gente en Madrid, o hacer alguna compra en un rato muerto, o incluso de obtener puntos Iberia Plus. Estrés positivo lo llaman.

Y yo estoy sometido a mucho estrés positivo, el de corto plazo. Y para muestra, mi programa de esta tarde:

- 17h32: salida de la oficina en Victoria.
- 17h34: taxi hacia la estación de Paddington;
- 17h48; llegada a Paddington
- 17h54: se cierran las puertas del Heathrow Express. Esta vez he podido comprar el billete sin - recargo antes de subir al tren: generalmente llego más justo de tiempo.
- 18h14: llegada a la estación de la terminal 3, con cuatro minutos de retraso.
- 18h21: impresión de la tarjeta de embarque en el mostrador de Iberia (previamente facturado desde mi Blackberry)
- 18h33: paso los controles de seguridad y de pasaportes
- 18h41: llegada a la puerta de embarque número 3 cuando ya no quedan pasajeros por embarcar (no hacer cola aquí tiene mérito). Atasco en el finger al entrar en el avión: 4 minutos que aprovecho para conversar con Jaume por teléfono.
- 18h50 cierre de puertas, armamento de rampas y cross-check.
- [alrededor de 19h15, opcional y en función del desodorante: obtención del nombre y teléfono de la azafata]

Nótese que el menda puede coger un avión sin tener que sentarse a esperar en ninguna sala de espera. Y mejor todavía, sin correr en ningún momento. He llegado a tal nivel de refinamiento que lo he convertido en un arte, en una actividad deportiva.

De hecho es un deporte de riesgo en toda regla, porque si falla uno sólo de los eslabones, hay que correr como un poseso y hay un riesgo nada despreciable de terminar perdiendo el avión. Adrenalina, estrés positivo, y también algo de sudor, aunque no se corra. Si las cosas salen mal o hay que recurrir a la carrera de fondo con traje y maletas, se añaden maldiciones y promesas vanas de ajustar menos la próxima vez.

Es un deporte. Llamémoslo UpInTheAiring: y definámoslo como la disciplina en que se consigue tomar un vuelo y desde la salida de casa/la oficina hasta que se sienta uno en el avión (a) no se corre en ningún momento (definición de correr: separa ambos pies del suelo al mismo tiempo) y (b) no se toma asiento en ninguna sala de espera ni se pasan más de cinco minutos esperando de pie.

Tomo el nombre prestado de la película porque me es próximo, aunque reconozco que hay diferencias claras: Clooney tenía un estatus superior de viajero frecuente y se pasaba la vida el lounge de American Airlines; el menda en cambio suele viajar en económica, y la Iberia Plata sólo sirve para saltarte colas en la facturación, pero no te dan ni un croissant.

¿Quizás próxima disciplina olímpica de exhibición en Londres 2012?